El Colegio Profesional de Logopedas de Canarias ha destacado la importancia de la intervención temprana ante la tartamudez, ya que, si bien no tiene cura, con un diagnóstico precoz y la terapia oportuna los niños pueden recuperar una fluidez casi normal.

Así lo ha informado la institución colegial en un comunicado con motivo del Día Internacional para la toma de conciencia de este trastorno, que puede llegar a causar un impacto psicológico severo y hasta el aislamiento social de la persona.

Por su parte, la tartamudez –disfemia, espasmofemia o disfluencias en el habla– es un trastorno de la comunicación que, afortunadamente, está dejando de ser un tabú en las familias, y los padres buscan ayudan o preguntan.

En este sentido, lo importante en este Día Internacional es llamar la atención sobre el diagnóstico y la intervención lo antes posible.

Desde que los padres detecten algún problema en el habla, como disfluencias o bloqueos en los primeros años del niño o la niña, deben consultar con el logopeda.

Aquí, el especialista podrá aclarar si se trata realmente de un trastorno de tartamudez o de otro tipo, como la dislalia (defecto en la articulación de los fonemas) o la taquifemia (habla rápida que hace que no se le entienda).

La tartamudez no tiene cura aunque los niños pueden recuperar una fluidez casi normal. De hecho, solo uno de cada 20 niños acaba tartamudeando y muchos la superan en la adolescencia.

En España, se estima que el 1% de la población adulta presenta este trastorno. Mientras que la tartamudez que comienza en la edad adulta se asocia a acontecimientos traumáticos o a lesiones graves del sistema nervioso.